color

color

martes, 31 de mayo de 2011

LOS EFECTOS DEL COLOR

Al contemplarlos una paleta llena de colores, obtendremos dos resultados:
1.- Un efecto puramente físico: la fascinación por la belleza y las cualidades del color. El espectador podrá sentir o bien una satisfacción y una alegría semejantes a la sibarita cuando disfruta de un manjar, o bien una excitación como la del paladar ante un manjar picante, luego se sosiega  y la sensación desaparece como tras haber tocado el hielo con los dedos. Se trata pues de sensaciones físicas que, como tales, son de corta duración, superficiales y no dejan una impresión permanente en el alma. De la misma forma que al tocar el hielo solo se siente el frío físico y se olvida esta sensación cuando el dedo se calienta de nuevo, así desaparece el efecto físico del color al apartar la vista.
A medida que el ser humano se desarrolla aumenta el número de cualidades que atribuye a los efectos y a los seres. Cuando se alcanza un alto nivel de desarrollo de la sensibilidad, los objetos y los seres adquieren un valor interior y hasta un sonido interno. Lo mismo sucede con el color, que cuando el nivel de sensibilidad no es muy alto únicamente produce un efecto superficial, que desaparece al desaparecer el estimulo. Aunque también a este nivel se tenga que matizar por ejemplo, los colores claros atraen la vista con una intensidad y una fuerza que es mayor aún un los colores cálidos, el bermellón atrae excita como la llama, a la que se contempla con avidez. El estridente amarillo limón duele a la vista como el tono alto de una trompeta al oído, la mirada no podrá fijarse y buscará la calma profunda del azul o el verde. En un nivel de sensibilidad superior, este efecto elemental trae consigo otro más profundo: Una conmoción emocional.
Entramos a la consideración de:
2.- El efecto psicológico producido por el color. La fuerza psicológica del color provoca una vibración anímica. La fuerza física elemental es la vía por la que el color llega al alma.
La armonía de los colores debe fundarse únicamente ene le principio del contacto adecuado con el alma humana, es decir, en lo que llamaremos el principio de la necesidad interior.


Rodríguez Cruz José Luis

No hay comentarios:

Publicar un comentario